viernes, 21 de mayo de 2010


Los caballos españoles, por su morfología y su carácter, son los que poseen en más alto grado las CUALIDADES exigidas para el rejoneo; pero tienen un defecto: les falta velocidad. Por esto, sobre todo al comienzo de la lidia de toros a caballo, en los momentos en que el toro acomete con mayor rapidez, se pueden emplear caballos de rejoneo cruzados. El cruce de caballos para rejoneo que hasta el momento ha dado mejores resultados es el de cinco octavas partes de sangre inglesa, dos de española y uno de árabe. También se utilizan pura sangres Sin duda alguna, en el toreo a caballo se entremezclan muchas variedades interpretativas, diría que tantas como en el toreo a pie, pues cada uno comienza buscando y enseñando a sus cabalgaduras, con arreglo a sus formas de sentir el arte del toreo ecuestre.

Considero que nunca se ha obligado tanto a los caballos, el más difícil todavía de torear en terrenos comprometidísimos, como lo están consiguiendo los rejoneadores actuales de los cuales me permito citar a algunos de ellos, Joao Maura, Javier Buendía, Fermín Bohorquez (hijo), Pablo Hermoso de Mendoza, Andy Cartajena, Leonardo Hernandez, y otras tantas promesas que sería largo mencionar.

El rejoneo o arte ecuestre es mucho más que "caballos al toro". Doma y elegancia en la montura, gran conocimiento de los terrenos, valor contenido, control del caballo y toro, arrojo y sobre todo torería se necesitan para subirse a un caballo y ponerse delante de un toro y torear. Torear a caballo es la máxima expresión y el objetivo primordial del rejoneador, para torear a caballo se precisan dos elementos fundamentales además del toro, que caballo y caballero sean toreros. Cuando el aficionado vislumbra, ve, intuye una muleta o un capote imaginario entre la conjunción de jinete y montura y el toro, es cuando podemos disfrutar de ver torear a caballo.

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